martes, 24 de julio de 2007

Leyenda Quechua

Por: Jesús Ponce Sánchez

Existe una leyenda a la que hemos denominado quechua y en virtud de la cual, el nombre del pueblo se hace derivar del propio significado del vocablo Apata. Pues la palabra Apata, es la expresión de origen quechua y que etimológicamente significa “llevaras lo robado” o también “robarse lo robado”.

De suerte que en torno a este significado etimológico de robarse o llevarse lo robado, se ha establecido dicha leyenda que afirma que en tiempos inmemoriales, un grupo de individuos que procedían de las regiones del sur habían llegado a este poblado portando consigo todas las cosas y especies que habían adquirido en forma ilegal y delictuosa, pero como por entonces el robo era delito en exceso grave y se encontraba sancionado con la pena capital, esto es con la pena de muerte, aquellos se dirigieron hacia los pueblos del norte a fin de ocultar el delito y eludir la responsabilidad que su conducta había determinado. Más y como de otro lado, los dueños de las especies robadas habían seguido las huellas de los delincuentes, esto es, que los agraviados habían cogido y seguido la pista a los forjaidos, lograron darle el alcance y así lo hicieron precisamente en este pueblo Apata, que hasta entonces y según esta leyenda no tenía nombre.

El grupo de forajidos era numeroso y portaban armas con las que podían defender su robo, podían inclusive victimar a quienes se les enfrentaban, entonces los dueños de las cosas robadas y con el propósito de recuperar sus pertenencias tuvieron que esperar que llegara la noche para intentar sus objetivos. Y efectivamente, una vez llegada la oscuridad de la noche y convenientemente disfrazados, dando inclusive la apariencia de seres misteriosos, con mucho cuidado hasta decididos a enfrentarse fieramente a los malhechores, irrumpieron en la morada donde se hallaban descansando los forajidos. Como el encuentro resultó inesperado, los malhechores al advertir la presencia de aquellos seres misteriosos, aterrados y en medio de enorme pánico se dieron a la fuga abandonando el crecido botín que habían hecho llegar al pueblo, luego de larga y no menos que penosa caminata.[1]

Así y ocurridos los pasajes y pormenores de la noche anterior, cuando al día siguiente los malhechores retornaron a la casa que les había servido de refugio, con el fin de recoger las cosas y especies materia del robo, se dieron con la enorme sorpresa de que todo lo que habían traído con bastante afán a través de mucha distancia, había desaparecido como por encanto por cuanto a que sus propietarios lo habían recuperado.

De otro lado y como es de advertir, tales acontecimientos originaron tal alboroto y singular escándalo en el pueblo, hasta llegar a conocimiento de todo el vecindario. Ello después se convirtió en objeto de burla por parte de los habitantes del pueblo Apatino.

Así de ésta manera, esta leyenda nos explica el origen de l pueblo de Apata que deriva de la etimología de esa palabra quechua que significa llevarse lo robado. Por ésta leyenda que a la vez ha sido y aún continúa siendo una de las mas divulgadas y conocidas, en nuestra opinión no resulta convincente porque surge desechable y hasta contradictoria, puesto que se entiende que si los forajidos llegaron a este pueblo de una larga caminata y si después los mismos propietarios de las cosas robadas les dieron el alcance, se tiene entendido entonces que ya para esa época existía el pueblo Apatino, con algún otro nombre, que en todo caso posiblemente fue con el mismo nombre que ahora tiene. Esto quiere decir pues que la leyenda no concuerda ni se acerca a la realidad de los hechos y por tales razones no es ni resulta poco convincente. En todo caso solo se refiere al nombre del pueblo y no a la época de la fundación de este conglomerado social.

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[1] PONCE SANCHEZ, Jesús: Introducción a la Historia de Apata: Aspectos Históricos de Apata. Edición Extraordinaria del Boletín Farolito Nº 127. Huancayo: Editorial Sebastián Lorente, 1970.