Por: Miguel Ángel Huamán V.
El 27 de Octubre de 1978, en la Casona de San Marcos se realizó un homenaje al poeta Víctor Mazzi, miembro fundador del grupo Primero de Mayo (GPM), poeta proletario y trabajador consecuente de reconocida trayectoria en el ámbito intelectual de izquierda. Como era de suponer el homenaje, que según palabras del mismo homenajeado, era en realidad al GPM más que a la persona de Mazzi, pasó desapercibido y silenciado para la prensa burguesa. Varios integrantes de “Síntesis” estuvimos ahí, en este merecido homenaje. Este acto y la aparición de “Puntos de Clase”, revista del GPM han motivado el presente artículo, con el animo de participar en aquella “labor de contrastar posiciones y puntos de vista con aquellas otras que son antagónicas o no antagónicas”.
Lo que nadie dijo en un homenaje
Un hecho que nos llamó la atención fue sin duda el que se llamase e invitase a un poeta, a fin de rendirle merecido homenaje, y no haber presentado un intento, por lo menos, de profundizar en el análisis de su obra y contenido. Si bien es cierto varios compañeros hicieron mención al trabajo y significación de la obra de Víctor Mazzi, creemos que ninguno de ellos tocó aspectos fundamentales que se desprenden de dicha obra, colocándose, en un mismo plano, de aquellos camaradas que homenajean a un poeta leyendo y propagandizando versos propios, es decir, distintos al del homenajeado, sin realizar siquiera el esfuerzo de escribir alguno para el dueño del homenaje.
El hecho más significativo que encierra la obra de Víctor Mazzi, como la de muchos poetas proletarios, es el de ser un claro desmentido a aquella imposibilidad de ser poeta sin dedicarse a exclusividad al arte, es decir, sin dejar de ser trabajador manual.
Ahora en que se habla de la separación del artista de la realidad social y de la necesidad del escritor de dedicar tiempo y excedente económico para permitirse disponer del dominio del lenguaje que su arte requiere, la presencia misma de Víctor Mazzi es un claro y categórico desmentido a dicha posición. Hoy más que nunca en él esta demostrado que el trabajo intelectual, la creación artística, no sólo puede estar ligada la trabajo manual, a la actividad social de producir, sino que necesariamente debe estar vinculada a ella, a fin de poder asumir la fuerza y la potencia que requiere para su expresión vital. La separación entre artistas y trabajadores no es una barrera imponderable del sistema capitalista, y aquellos que sentimos en nuestra sangre y carne rugir el viento agitado de la creación artística, debemos asumir el arte en conjunción con la vida, ser trabajadores y escritores, y romper con el estereotipo del artista profesional, parásito del sistema. Esta es la única manera de lograr superar la profunda anemia emotiva y el enclaustramiento a que ha sometido la burguesía, a la poesía y el arte.
Víctor Mazzi es un obrero, pero no es todos los obreros, ni todos los obreros son como Víctor Mazzi, el forma parte de la intelectualidad obrera, pero ¿qué significado tiene ello? Hoy en día en que comprobamos que para muchos poetas ser artista, ser revolucionario, significa: ser bohemio, impresionar, figurar, asumir poses, es decir derrochar un sinnúmero de imágenes que desdicen, niegan, el arte socialista y transformador que pretenden asumir. Víctor Mazzi y los intelectuales proletarios de su grupo demuestran la posibilidad real de transformación de las condiciones de existencia que han tenido, porque su lucha por arrancar conciencia, cultura, arte a la vida de explotación que somete el sistema al asalariado es la base más sólida sobre la que se alza el bastión del arte nuevo, en ellos nada es pose, es exigencia vital, romper con las barreras ideológicas que la burguesía impone al obrero, este es un claro ejemplo a seguir, imponiendo una imagen exacta del artista del nuevo arte, del artista militante, responsable, metódico, serio, es decir el opuesto al bohemio megalómano etílico, que ahora atiborra los cafés y los bares pequeños y burgueses.
Saludamos en Víctor Mazzi y en el GPM la salvación de la vida de aquella degradación pintado por otros de cualidades revolucionarias, y estamos seguros que este gran mérito de los poetas proletarios, si bien no fue dicho en el indicado homenaje, constituye una aproximación necesaria y el acicate indispensable para el desarrollo de posteriores investigaciones y análisis aún pendientes en torno a la significación, alcance y magnitud de la obra de los poetas proletarios.
“Puntos de Clase” y puntos sobre las íes.
Hemos recibido con agrado la aparición de la Revista “Puntos de Clase”, coincidimos con ellos en lo que respecta a considerar una publicación pequeña, ágil y de bajo costo, la única manera de realizar un trabajo de educación y divulgación que deje huellas, y estaremos dispuestos a colaborar con ellos en la medida de lo posible, pero también entendemos que dicha publicación debe de presentar el proceso de avance de las investigaciones que con respecto al arte realizan. Pues una publicación es un compromiso con los principios y posiciones que uno asume, un compromiso de ampliarlos, profundizarlos, desarrollarlos.
Los compañeros indican que después de más de dos décadas de actividad literaria y cultural lo menos que debe exigirse es la necesidad de asumir colectivamente la más plena conciencia, de la obra realizada, de sus defectos y aciertos, de sus limitaciones y alcances, de modo tal que puedan cumplir más convincentemente con su cometido; más adelante expresan su adhesión al realismo proletario, método y punto de vista del proletariado consciente , además de declarar su deseo de alentar y promover toda manifestación artística y literaria que no siendo de carácter proletario, sirva en un grado u otro, a la causa de la revolución. Pero se quedan en una adhesión lírica, en simples “buenas intenciones” pues comprobamos que en su sección – Debate – donde por el tema (Poesía y Lucha de Clases) entendemos debería consignarse sus avances, no hacen un balance de su trayectoria, de su método, de cómo el realismo proletario ha avanzado en el Perú, y si no lo ha hecho por qué, o de la manera como han investigado, ahondado en 22 años de experiencia, en torno a los temas y conceptos que utilizan. Pensamos que eso debe reflejar una revista, más aún si se plantea elevar a los lectores de lo elemental a lo complejo, por más pequeña que sea y por pausada su forma de plantear las cosas no debe publicar algunas generalidades consabidas: ¿tal vez suponen aquellos criterios esbozados rigurosos y suficientes para iniciar el trabajo? ¿qué hablar de arte y cultura proletaria no es una realidad consabida, sino algo absoluto e invariable? Permitan algunas interrogantes, no desde el punto de vista de aquél que niega lo dicho, sino de aquél que exige mayor precisión: ¿No son palabras y frases repetidas por casi todos los grupos que se reclaman marxistas dentro del arte y la literatura? ¿Qué entienden por realismo proletario? ¿Qué tiene que ver dicho punto de vista con la literatura proletaria? ¿Qué avances, que aportes ven ustedes en la literatura proletaria y el realismo proletario dentro del arte auténticamente peruano? ¿cómo empezaron asumiendo sus criterios y en que han avanzado con respecto a las consideraciones sobre su propia actividad? ¿Cuáles son los elementos de la tradición indígena que han intervenido en la profundización del realismo proletario y el arte proletario en el Perú? ¿Qué nuevas formas han dado al realismo proletario y al arte? En fin son muchas preguntas y el lugar es corto.
Dejemos establecido, no estamos contra “Puntos de Clase”, sabemos que en el panorama literario local en ellas existe una clara posición de búsqueda y solución a los problemas diversos del arte, no creemos que haya otro grupo que se plantee un trabajo más serio, abierto al dialogo y estamos seguros que lo dicho será sólo el inicio de un mayor intercambio de ideas que con la investigación y el trabajo darán el fruto de un arte vinculado al destino de la clase obrera, el campesinado y los demás sectores populares.
Nosotros estamos en vías de definir una posición más precisa y nos exigimos por ello con respecto a la rigurosidad y a la seriedad del compromiso, ustedes como dirección esclarecida de la clase obrera tienen un compromiso mayor, no sólo con las bases a quienes se dirigen, sino también con los instrumentos teóricos y literarios que utilizan en dicho trabajo. Para nosotros el arte del futuro estará más cerca de ustedes que de cualquier otro grupo bohemio y dilatante, quizá nuestra insistencia por que avancen sea también la exigencia de avanzar, con ustedes, en nuestra definición y compromiso.
El 27 de Octubre de 1978, en la Casona de San Marcos se realizó un homenaje al poeta Víctor Mazzi, miembro fundador del grupo Primero de Mayo (GPM), poeta proletario y trabajador consecuente de reconocida trayectoria en el ámbito intelectual de izquierda. Como era de suponer el homenaje, que según palabras del mismo homenajeado, era en realidad al GPM más que a la persona de Mazzi, pasó desapercibido y silenciado para la prensa burguesa. Varios integrantes de “Síntesis” estuvimos ahí, en este merecido homenaje. Este acto y la aparición de “Puntos de Clase”, revista del GPM han motivado el presente artículo, con el animo de participar en aquella “labor de contrastar posiciones y puntos de vista con aquellas otras que son antagónicas o no antagónicas”.
Lo que nadie dijo en un homenaje
Un hecho que nos llamó la atención fue sin duda el que se llamase e invitase a un poeta, a fin de rendirle merecido homenaje, y no haber presentado un intento, por lo menos, de profundizar en el análisis de su obra y contenido. Si bien es cierto varios compañeros hicieron mención al trabajo y significación de la obra de Víctor Mazzi, creemos que ninguno de ellos tocó aspectos fundamentales que se desprenden de dicha obra, colocándose, en un mismo plano, de aquellos camaradas que homenajean a un poeta leyendo y propagandizando versos propios, es decir, distintos al del homenajeado, sin realizar siquiera el esfuerzo de escribir alguno para el dueño del homenaje.
El hecho más significativo que encierra la obra de Víctor Mazzi, como la de muchos poetas proletarios, es el de ser un claro desmentido a aquella imposibilidad de ser poeta sin dedicarse a exclusividad al arte, es decir, sin dejar de ser trabajador manual.
Ahora en que se habla de la separación del artista de la realidad social y de la necesidad del escritor de dedicar tiempo y excedente económico para permitirse disponer del dominio del lenguaje que su arte requiere, la presencia misma de Víctor Mazzi es un claro y categórico desmentido a dicha posición. Hoy más que nunca en él esta demostrado que el trabajo intelectual, la creación artística, no sólo puede estar ligada la trabajo manual, a la actividad social de producir, sino que necesariamente debe estar vinculada a ella, a fin de poder asumir la fuerza y la potencia que requiere para su expresión vital. La separación entre artistas y trabajadores no es una barrera imponderable del sistema capitalista, y aquellos que sentimos en nuestra sangre y carne rugir el viento agitado de la creación artística, debemos asumir el arte en conjunción con la vida, ser trabajadores y escritores, y romper con el estereotipo del artista profesional, parásito del sistema. Esta es la única manera de lograr superar la profunda anemia emotiva y el enclaustramiento a que ha sometido la burguesía, a la poesía y el arte.
Víctor Mazzi es un obrero, pero no es todos los obreros, ni todos los obreros son como Víctor Mazzi, el forma parte de la intelectualidad obrera, pero ¿qué significado tiene ello? Hoy en día en que comprobamos que para muchos poetas ser artista, ser revolucionario, significa: ser bohemio, impresionar, figurar, asumir poses, es decir derrochar un sinnúmero de imágenes que desdicen, niegan, el arte socialista y transformador que pretenden asumir. Víctor Mazzi y los intelectuales proletarios de su grupo demuestran la posibilidad real de transformación de las condiciones de existencia que han tenido, porque su lucha por arrancar conciencia, cultura, arte a la vida de explotación que somete el sistema al asalariado es la base más sólida sobre la que se alza el bastión del arte nuevo, en ellos nada es pose, es exigencia vital, romper con las barreras ideológicas que la burguesía impone al obrero, este es un claro ejemplo a seguir, imponiendo una imagen exacta del artista del nuevo arte, del artista militante, responsable, metódico, serio, es decir el opuesto al bohemio megalómano etílico, que ahora atiborra los cafés y los bares pequeños y burgueses.
Saludamos en Víctor Mazzi y en el GPM la salvación de la vida de aquella degradación pintado por otros de cualidades revolucionarias, y estamos seguros que este gran mérito de los poetas proletarios, si bien no fue dicho en el indicado homenaje, constituye una aproximación necesaria y el acicate indispensable para el desarrollo de posteriores investigaciones y análisis aún pendientes en torno a la significación, alcance y magnitud de la obra de los poetas proletarios.
“Puntos de Clase” y puntos sobre las íes.
Hemos recibido con agrado la aparición de la Revista “Puntos de Clase”, coincidimos con ellos en lo que respecta a considerar una publicación pequeña, ágil y de bajo costo, la única manera de realizar un trabajo de educación y divulgación que deje huellas, y estaremos dispuestos a colaborar con ellos en la medida de lo posible, pero también entendemos que dicha publicación debe de presentar el proceso de avance de las investigaciones que con respecto al arte realizan. Pues una publicación es un compromiso con los principios y posiciones que uno asume, un compromiso de ampliarlos, profundizarlos, desarrollarlos.
Los compañeros indican que después de más de dos décadas de actividad literaria y cultural lo menos que debe exigirse es la necesidad de asumir colectivamente la más plena conciencia, de la obra realizada, de sus defectos y aciertos, de sus limitaciones y alcances, de modo tal que puedan cumplir más convincentemente con su cometido; más adelante expresan su adhesión al realismo proletario, método y punto de vista del proletariado consciente , además de declarar su deseo de alentar y promover toda manifestación artística y literaria que no siendo de carácter proletario, sirva en un grado u otro, a la causa de la revolución. Pero se quedan en una adhesión lírica, en simples “buenas intenciones” pues comprobamos que en su sección – Debate – donde por el tema (Poesía y Lucha de Clases) entendemos debería consignarse sus avances, no hacen un balance de su trayectoria, de su método, de cómo el realismo proletario ha avanzado en el Perú, y si no lo ha hecho por qué, o de la manera como han investigado, ahondado en 22 años de experiencia, en torno a los temas y conceptos que utilizan. Pensamos que eso debe reflejar una revista, más aún si se plantea elevar a los lectores de lo elemental a lo complejo, por más pequeña que sea y por pausada su forma de plantear las cosas no debe publicar algunas generalidades consabidas: ¿tal vez suponen aquellos criterios esbozados rigurosos y suficientes para iniciar el trabajo? ¿qué hablar de arte y cultura proletaria no es una realidad consabida, sino algo absoluto e invariable? Permitan algunas interrogantes, no desde el punto de vista de aquél que niega lo dicho, sino de aquél que exige mayor precisión: ¿No son palabras y frases repetidas por casi todos los grupos que se reclaman marxistas dentro del arte y la literatura? ¿Qué entienden por realismo proletario? ¿Qué tiene que ver dicho punto de vista con la literatura proletaria? ¿Qué avances, que aportes ven ustedes en la literatura proletaria y el realismo proletario dentro del arte auténticamente peruano? ¿cómo empezaron asumiendo sus criterios y en que han avanzado con respecto a las consideraciones sobre su propia actividad? ¿Cuáles son los elementos de la tradición indígena que han intervenido en la profundización del realismo proletario y el arte proletario en el Perú? ¿Qué nuevas formas han dado al realismo proletario y al arte? En fin son muchas preguntas y el lugar es corto.
Dejemos establecido, no estamos contra “Puntos de Clase”, sabemos que en el panorama literario local en ellas existe una clara posición de búsqueda y solución a los problemas diversos del arte, no creemos que haya otro grupo que se plantee un trabajo más serio, abierto al dialogo y estamos seguros que lo dicho será sólo el inicio de un mayor intercambio de ideas que con la investigación y el trabajo darán el fruto de un arte vinculado al destino de la clase obrera, el campesinado y los demás sectores populares.
Nosotros estamos en vías de definir una posición más precisa y nos exigimos por ello con respecto a la rigurosidad y a la seriedad del compromiso, ustedes como dirección esclarecida de la clase obrera tienen un compromiso mayor, no sólo con las bases a quienes se dirigen, sino también con los instrumentos teóricos y literarios que utilizan en dicho trabajo. Para nosotros el arte del futuro estará más cerca de ustedes que de cualquier otro grupo bohemio y dilatante, quizá nuestra insistencia por que avancen sea también la exigencia de avanzar, con ustedes, en nuestra definición y compromiso.